Década del 70. Chicas habitués del ex boliche Rugantino. Marcelo T. de Alvear 628. Buenos Aires.
UN ESPACIO DE OPINIÓN DESDE LA PATAGONIA ARGENTINA.
Bardot falleció en su famosa residencia, La Madrague, en
Saint-Tropez, al sur de Francia.
Brigitte Bardot, quien falleció este domingo a los 91 años terminó
con la sobria representación cinematográfica de la mujer de los años 50 del cine y pasó a personificar una nueva
era de liberación sexual instalando al
cine francés como referencia.
“La Fundación Brigitte Bardot anuncia con inmensa tristeza
el fallecimiento de su fundadora y presidenta, la señora Brigitte Bardot,
actriz y cantante mundialmente reconocida, que decidió abandonar su prestigiosa
carrera para dedicar su vida y su energía a la defensa de los animales y a su Fundación”,
indicó un comunicado.
Brigitte Anne-Marie Bardot nació en París el 28 de
septiembre de 1934.
A los 15 años un amigo de la familia la convenció de posar
para la portada de Elle, la revista femenina líder en Francia, y las
fotografías gustaron mucho.
Sus fotografías llamaron la atención del director de cine
Marc Allegret, quien encargó a su asistente, Roger Vadim, que la localizara.
Su trayectoria como actriz comenzó en 1952. Su primer éxito
fue al protagonizar “Y Dios creó a la mujer” dirigida por Roger Vadim en 1956.
El 21 de diciembre de 1952, a los dieciocho años de edad, se
casó con el director Roger Vadim. Se divorciaron en 1957.
En 1959 se casó con el productor Jacques Charrier. Con él
tuvo a su único hijo, Nicolas-Jacques.
También estuvo casada tres años con el millonario alemán,
heredero de una marca de autos, Gunter Sach, que la sedujo lanzando miles de
rosas desde una avioneta sobre su casa.
En 1992 contrajo matrimonio con el industrial vinculado con
la derecha francesa, Bernard d'Ormale.
Brigitte Bardot estaba considerada como un mito erótico y
sex-symbol de los años 1950 y 1960.
Su paso por el cine dejó dos escenas legendarias: un mambo
febril en un restaurante de Saint-Tropez ("Y Dios creó a la mujer",
1956) y un monólogo en el que enumeraba, desnuda, las diferentes partes de su
cuerpo, al comienzo de "El desprecio" (1963).
"Dejé todo porque estaba harta de ser bella todos los
días..." –declaró por 1973-.
De detestar ser símbolo sexual. Se retiró de la industria
del entretenimiento en 1973. Abandonó
tempranamente su exitosa carrera como actriz para dedicarse a la defensa de los
derechos de los animales, fundadora y presidenta de la fundación que lleva su
nombre. En 1986 creó la Fundación Brigitte Bardot para la protección de los
animales en peligro.
Los comentarios sobre el feminismo, defendiendo abiertamente
las ideas de la líder de extrema derecha francesa Marine Le Pen generaron
polémica, críticas al islam en Francia y ha sido multada cinco veces por
incitar al odio racial.
Durante la pandemia de la porquería del COVID-19, apoyó al movimiento antivacunas y se opuso a la política sanitaria de Emmanuel Macron.
Contracorriente, polémica, referente del cine francés fallece en los últimos días de este 2025 una mujer que dejó huella.
Ernesto Celedonio Emeterio de la Cárcova, nació el 3 de marzo de 1866 en Buenos Aires, donde a edad temprana comenzó sus estudios de pintura.
Era una familia acomodada de Buenos Aires. Sus padres
eran el dr. Tiburcio de la Cárcova, un juez federal vinculado al Partido
Autonomista Nacional, y Juana Aurelia de Arrotea, hija del rosista Manuel de
Arrotea.
Destacado pintor argentino de estilo realista y docente. Primer
director de la Academia de Bellas Artes de la Nación y fundador de la Escuela
Superior de Bellas Artes.
"Sin pan y sin trabajo" obra adquirida en 1906 por Eduardo Schiaffino, para el Museo de Bellas Artes, en donde se conserva en la actualidad.
Fue uno de los tempranos miembros del Partido Socialista y Legislador por la Ciudad de Buenos Aires en la Comisión de Obras Públicas.
Falleció en Buenos Aires el 28 de diciembre de 1927, a los 61 años.
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Sin pan y sin trabajo es el primer cuadro de tema obrero con
intención de crítica social en el arte argentino. Desde el momento de su
exhibición ha sido una pieza emblemática del arte nacional: comentado,
reproducido, citado y reapropiado por sucesivas generaciones de artistas,
historiadores y críticos hasta la actualidad. Fue pintado por Ernesto de la
Cárcova en Buenos Aires al regreso de su viaje de estudios en Turín y Roma,
donde había comenzado su ejecución antes de partir. Allí dejó al menos un boceto
en obsequio a Pío Collivadino, el artista argentino que a su llegada ocupó el
taller que De la Cárcova dejaba en la Via del Corso 12.
Había comenzado su formación europea en la Real Academia de Turín, donde fue admitido con una obra (Crisantemos) en la exposición de 1890. Luego había pasado a Roma, donde continuó su formación en los talleres de Antonio Mancini y Giacomo Grosso. Una obra suya (Cabeza de viejo) fue premiada con medalla de plata y adquirida en 1892 para la Galería Real de Turín; también obtuvo una medalla de oro en Milán en 1893 (1). Estos antecedentes hicieron que a su regreso, a los 28 años, fuera miembro del jurado del Ateneo, de modo que Sin pan y sin trabajo, celebrado como el gran acontecimiento artístico del Salón, quedó fuera de concurso.
El cuadro responde a un estilo naturalista y a una temática que tuvieron una importante presencia en los salones europeos de los años finales del siglo XIX: grandes pinturas resueltas en tonos sombríos que desplegaban escenas dramáticas de miseria y de los contemporáneos conflictos sociales urbanos. El espíritu crítico que sin duda alimentó aquellas composiciones naturalistas finiseculares se diluyó en los cuadros de salón, en el interés por figurar en grandes competencias con posiciones enfrentadas al arte académico más conservador. Sin embargo, Sin pan y sin trabajo no fue pintado para competir en un salón europeo: fue la obra con la que De la Cárcova se presentó al regreso en el segundo Salón del Ateneo en Buenos Aires, tras haberse afiliado al recién creado Centro Obrero Socialista (antecedente inmediato del Partido Socialista, fundado dos años después) (2). No había en Buenos Aires una tradición académica sino que el grupo de artistas del Ateneo procuraba dar sus primeros pasos. Por otra parte, a partir de la crisis de 1890, la inmensa afluencia de inmigrantes europeos que llegaban de Europa en busca de trabajo en Buenos Aires comenzaba a percibirse en forma conflictiva.
Hay algunos elementos de la composición y el tratamiento del tema que alejan a Sin pan y sin trabajo de las recetas naturalistas en favor de una mayor expresividad crítica, transformándolo en un cuadro de ideas: la posición inestable y el alargamiento de la espalda del obrero, la inclinación de la silla en que se apoya y de la mesa (que no responden a un esquema riguroso de perspectiva) generan tensión hacia el gesto de la mano que aparta la cortina y centra la atención sobre la escena que se desarrolla en la veduta del fondo. Allí puede verse un conflicto entre obreros y guardias a caballo, frente a una fábrica cerrada e inactiva. El plano inclinado de la mesa vacía, plenamente iluminado, presenta también un foco de interés en el que se destacan las herramientas, inútiles. La figura de la mujer con el niño en brazos, a la derecha de la composición, con un regazo extraordinariamente amplio y una expresión vacía en el rostro, funciona como contrafigura de la tensión dramática del obrero.
Los diarios de Buenos Aires destacaron el cuadro de De la Cárcova como la gran revelación del Salón de 1894. Se destaca entre ellos la extensa e intencionada nota de Roberto J. Payró (quien también se había afiliado ese año al Centro Obrero Socialista) en La Nación, donde el cuadro fue reproducido por Martín Malharro. Payró comentaba en forma dramática la escena para los lectores: “¡No quiero, no quiero que me quitéis el pan de mi esposa, el pan de mi hijo! ¡No hay derecho, asesinos, para hacer morir á esta inocente criatura, para hacer sufrir á esta pobre mujer! […] Pero él no sabe todavía. Se enfurece ante el efecto y no se da cuenta de la causa. Mañana, cuando la conozca, se hará un anarquista, y se vengará de sus furores injustos contra los compañeros de sufrimiento, con otros furores, mortíferos, que lo llevarán quién sabe á qué extremidades nefastas”.
Sin pan y sin trabajo formó parte del envío organizado por Eduardo Schiaffino para la Exposición Universal de Saint Louis en 1904, donde recibió también una amplia cobertura en los periódicos, fue reproducido en varias publicaciones y obtuvo un Gran Premio (la máxima distinción) en esa competencia.
No siguió De la Cárcova en la línea que abría con esta obra
(aunque sobre el final de su vida realizó algunos bocetos para una escena de
puerto) sino que cambió pronto de rumbo: aclaró su paleta y realizó algunos
desnudos simbolistas, retratos y varias notables naturalezas muertas. Tuvo
también una importante producción como medallista, pero sobre todo dedicó buena
parte de sus esfuerzos a la docencia y la gestión pública en diversos ámbitos
(fue concejal, miembro de la Academia y de la Comisión Nacional de Bellas
Artes, Patrono de Becarios en Europa, etc.). Fundó, en 1923, la Escuela Superior
de Bellas Artes que luego de su muerte llevó su nombre.
por Laura Malosetti Costa.
1— Estos datos surgen del informe realizado por la viuda del
artista para su legajo en la Academia Nacional de Bellas Artes (Expediente
letra D nº 37, año 1939), aunque no ha sido posible hallar la obra en la
Galleria d’Arte Moderna de Turín.
2— Jacinto Oddone, Historia del socialismo argentino. Buenos
Aires, Talleres Gráficos La Vanguardia, 1934, t. 1, p. 199-201.
Bibliografía
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pinturas. Una gira por los estudios de algunos artistas. Ernesto de la
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noviembre, p. 5. — La Nación, Buenos Aires, 4 de noviembre, p. 5. — El Tiempo,
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One of the great works in the Argentine section”, St. Louis Post Dispatch, 6 de
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Murió «Chiqui» Pereyra: el tango llora la partida de una voz inolvidable.
Murió Ricardo «Chiqui» Pereyra. La voz que salió de los barrios de General Roca para conquistar los escenarios del mundo se apagó este domingo en un centro médico de la Ciudad de Buenos Aires. El artista, de 74 años, no pudo revertir un cuadro clínico crítico tras sufrir una caída desde una escalera en su domicilio hace pocos días.
El «Chiqui», como lo conocía todo el Alto Valle y el país, permanecía internado con pronóstico reservado luego de una cirugía de urgencia. A pesar de haber estado «clínicamente estable» durante parte de su internación, la falta de respuesta neurológica anticipaba un desenlace que su familia y seguidores esperaban evitar con cadenas de oración.
El entorno del músico confirmó la muerte a través de un comunicado que caló hondo en las redes sociales: «El milagro que no llegó, el pronóstico que era predecible, pero aun así no perdíamos la fe», escribieron sus allegados, quienes pidieron respeto por el dolor de su esposa y sus hijos.
La historia de Ricardo Pereyra es la de un talento que no necesitó tiempo para madurar frente a las cámaras. Su vida cambió para siempre en 1978.
Ese año apareció en el mítico programa Grandes Valores del Tango. Su interpretación fue tan potente que los directivos del ciclo lo consagraron profesional esa misma noche, sin escalas. Así, se convirtió en el embajador de la música ciudadana, brillando también en la Botica de Tango y recibiendo el premio Santos Vega en 2007.
Nacido el 26 de junio de 1951, Pereyra nunca olvidó sus raíces en Río Negro. A pesar de las décadas viviendo en Buenos Aires y sus giras internacionales, el vínculo con la región del Comahue siempre estuvo presente en su identidad y en el cariño que los vecinos le retribuían cada vez que pisaba suelo valletano.
Su partida deja un vacío inmenso en el género, pero su discografía queda como un testamento de lo que fue: una de las últimas voces de oro de la época de gloria de la televisión y el tango.
Publicado en Diario Río Negro.
Y siempre lo recordaremos con sus interpretaciones de tangos.
![]() |
| Gonzalo Roca y Juan Namuncurá se han propuesto defender la verdad histórica, hoy distorsionada por la alianza entre extremistas, delincuentes y potencias extranjeras. |
Conocí a Gonzalo Roca, accidentalmente, en una librería de viejo que ambos frecuentamos. Él buscaba algún material relativo al presidente Julio A. Roca, tío bisabuelo suyo; lo cual me motivó algún comentario acerca de quienes se empeñan en tergiversar su campaña al desierto. Así fue que me anotició que, con un amigo suyo, se encuentran empeñados en refutar esa versión y rescatar la verdad histórica. Y su amigo es nada menos que Juan Namuncurá, descendiente directo de Calfucurá y de Manuel Namuncurá.
Como somerísima presentación, digamos que Juan es músico, graduado en la Universidad Nacional de Córdoba y que dirige la ONG Instituto de Cultura Indígena. Y que Gonzalo es empresario rural, dedicado a la producción de orgánicos y, por otra parte, secretario del Instituto Julio A. Roca.
La Prensa: -¿Cómo fue que se conocieron?
Gonzalo: -Fue a través de mi hermano Mariano y espontáneamente, casi sin cambiar palabra, nos abrazamos. Empezamos compartiendo un café, que llamó a muchos más. Tal vez revivimos el encuentro de Namuncurá con Roca, cuando éste lo recibió en la Casa Rosada. Entonces, ellos se dieron un cordial apretón de manos. Lo nuestro fue más efusivo.
Juan: -Es como dice Gonzalo. Y además nos liga algo aún más antiguo: el padre de Roca, José Segundo, revistó en el Ejército de Los Andes. Al cual mi antepasado Huentecurá, padre de Calfucurá, proveyó de caballos, tratando personalmente con San Martín. Es tradición, además, que Calfucurá -muy joven entonces- se empapó de las dotes del Libertador en cuanto a estrategia y habilidad política. No en vano se lo llamó después el Napoleón de las Pampas. Porque fue el jefe indiscutido no sólo de los mapuches, sino de diversas etnias nativas, cosa que hasta entonces no había sucedido.
-En la pampa, hubo eras de calma y de conflicto. Rosas, siendo gobernador de Buenos Aires, llegó a un acuerdo con Calfucurá mediante el cual se logró una paz apenas interrumpida. Pero después de Caseros las hostilizades se renovaron ¿cómo fue que sucedió eso?
Gonzalo: -No existe una respuesta precisa. Sí, sabemos que Calfucurá -pese a haberle provisto tropas a Rosas para pelear en Caseros- poco después envió a su hijo Manuel Namuncurá a tratar con Urquiza. Éste, entonces presidente de la Confederación Argentina, lo recibió en su palacio de San José. Todo lo cual sucede cuando la Confederación era enemiga de Buenos Aires, que por entonces era una provincia separada.
Juan: -Además, subraya el vínculo que entablaron que es en el desempeño de esa misión cuando Manuel se convierte al catolicismo. Especialmente porque su padrino fue, nada menos, que el mismo Urquiza. También sus hijos se convirtieron. No sólo eso: algunos años después, Manuel se casa por la Iglesia con Rosario Burgos, mestiza, hija de un soldado blanco y de una india. Con la que habría de tener un hijo: el beato de la Iglesia Católica Ceferino Namuncurá.
-De todos modos, la paz en la pampa se interrumpe.
Gonzalo: -Es evidente que después de Caseros -y particularmente luego de separarse de la Confederación - Buenos Aires se concentró en sí misma y se desinteresó en mantener la coexistencia con los indios. Más aún, en 1855 Mitre se interna en la pampa para combatirlos, siendo sus tropas vencidas por la de Calfucurá y de Catriel en la batalla de Sierra Chica.
Juan: -La cosa fue distinta algunos años después, en 1872, ya producida la reunificación nacional y siendo Sarmiento presidente. Entonces, el general Rivas fue enviado a combatir las huestes de esos mismos jefes y las derrotó en la batalla de San Carlos en la que no estuvo Calfucurá, ya muy mayor. Tampoco es seguro que Manuel Namuncurá haya estado en ella. En cambio, sí, estuvo Catriel, quien aspiraba a heredar el poder que, hasta entonces, detentaba el anciano Calfucurá.
LA CAMPAÑA
-Llegamos a la Campaña del Desierto que emprende Roca. ¿Su idea… era luchar contra el indio o ejercer nuestra soberanía sobre la Patagonia?
Gonzalo: -Decididamente, lo segundo. Su intención era política: ocupar un territorio sobre el cual teníamos títulos pero no habíamos poblado y sobre el cual Chile tenía pretensiones. Su visión era opuesta a la de Alsina. Pues la zanja ordenada por este último podía, a lo sumo, impedir invasiones. Roca comprendió que el imperativo de la época era otro: avanzar, no limitarnos a defender lo ya poblado. Y aquí subrayo el patriotismo del ancestro de Juan, Manuel Namuncurá quien, habiéndose refugiado en Chile en 1879, fue tentado a plegarse a sus fuerzas y a invadir la Argentina. Cosa que rechazó indignado.
Juan: -En efecto, habiendo sido superadas sus fuerzas por las tropas expedicionarias, Manuel cruzó a Chile en 1879, donde vivió alejado de los vaivenes políticos de la época. Sucedió que, pocos años después, los araucanos de ese país se rebelaron contra su gobierno y éste envió al coronel Gregorio Urrutia a reprimirlos, quien los derrotó ocupando efectivamente el territorio chileno situado al sur del Bío Bío. Logrado ello, se propuso hacer lo propio con tierras situadas de este lado de los andes e intentó que Manuel lo auxiliara en esa tarea, quien lo sacó con cajas destempladas.
-¿Qué sucedió entonces?
Gonzalo: -Entró en contacto con él el padre Domingo Milanesio, salesiano, cuya orden, como la de los jesuitas, venía tendiendo puentes entre los indios y el Ejército desde largo tiempo atrás. Se reunieron y acordaron su vuelta a la Argentina. A su regreso, se apersonó ante el entonces mayor Daza quien lo recibió con honores militares y, a su vez, lo condujo a encontrarse con el General Winkler, quien lo inviste del grado de coronel del Ejército Argentino que le había otorgado el presidente Roca. Esto sucede el día 5 de mayo de 1884.
-Luego tiene lugar el encuentro con el presidente Roca.
Gonzalo: -Así es, que fue de la mayor cordialidad y con alguna mutua lisonja. Roca le dijo que lo considera un “toro”, término con el que los indios llamaban a aquellos de sus enemigos cuya valentía destacaban (así, el “toro” Villegas, general del ejército). Y Manuel no se quedó atrás: le dijo a Roca que lo tenía por un león de las pampas.
Juan: -De resultado de ese encuentro, a Manuel y a su gente, como parte de un acuerdo de paz, el gobierno les concedió tierras en San Ignacio, donde confluyen el arroyo de ese nombre y el río Aluminé. Lamentablemente, con el correr del tiempo -particularmente luego de las guerras europeas del siglo veinte- se produjo el arribo de colonos que ocuparon buena parte de ellas. Ocupaciones que, en muchos casos, el tiempo legalizó.
-En la actualidad ciertos grupos se atribuyen la representación de la etnia mapuche y dicen reivindicarla provocando incendios y usurpando inmuebles.
Juan: -Esos tipos no representan a nadie. En algún diario he visto la foto de ocho sujetos enmascarados cometiendo desmanes, de modo que ni siquiera se sabe si realmente son mapuches. Descendientes de Namuncurá somos más de siete mil; y ninguno se siente representado por esos tipos.
Gonzalo: -Efectivamente son una ínfima minoría y hacen lo que suelen hacer esos grupos. Dicen practicar la violencia en nombre de una mayoría oprimida, intentando teñirla de justa causa.
Juan: -Añado que la Confederación Mapuche, con sede en Bristol, Inglaterra, se atribuye una representación de ese pueblo que no tiene. Que la formaron chilenos de ese origen, es cierto. Pero el caso es que no se exilaron allí por ser mapuches, sino por su militancia en grupos de izquierda radicalizada, durante el gobierno de Pinochet.
-¿Qué porcentaje de la población argentina tiene ascendencia de los pueblos originarios?
Juan: -Está calculado en alrededor del treinta por ciento. La mezcla es lo nuestro. Yo también tengo ascendencia de origen español. Entre la que se cuenta Cornelio Saavedra, valga como ejemplo muy gráfico, pues mi padre nació en el Alto Perú y es por vía materna que desciendo de Manuel Namuncurá.
Gonzalo: -Es que a los argentinos nos une la patria, con independencia de todo origen. Y me complace agregar algo relativo al rechazo de Manuel Namuncurá a la invitación que se le hizo de unirse a las fuerzas de Chile.
Porque fue justamente en La Prensa que hizo pública esa invitación y su rechazo, mediante una carta que se publicó en este diario el 3 de agosto de 1908, una semana después de la muerte de Manuel. En ella decía que, presintiendo que su momento llegaba, quería revelar esos hechos que hasta entonces había callado. Lo hizo resaltando, en primer término, el cariño que dispensaba a este diario por su patriotismo y por la justicia con la que siempre se había referido a él. Relató que Urrutia puso a su disposición 1.800 soldados chilenos que habían regresado del Perú, con su caballada y armamentos para combatir al Ejército Argentino. Cosa que rechazó “avergonzado” de solo oír semejante ofrecimiento y recordando el juramento de lealtad a la Argentina que había hecho a su muy querido padrino, el “Capitán General Justo José de Urquiza”.
Juan: -Es así y con Gonzalo nos hemos propuesto defender la verdad histórica y la difundimos en todos los foros en los que hallamos cabida para hacerlo. Remamos contra una corriente que procura distorsionarla con fines nada claros. Nuestra voluntad es pétrea y, si se me permite un poco de humor, ello enraíza en nuestros nombres. Todos saben lo que Roca significa en castellano. Y Curá o Kurá, en mapuche, quiere decir piedra. Seguiremos en camino con esa voluntad.
Publicado en LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/Charlando-con-Roca-y-Namuncura-567431.note.aspx
Enlace de interés. Juan Namuncurá,
http://elreginense.blogspot.com/2017/11/juan-namuncura-en-wikipedia.html
Juan Namuncurá se crió en Villa Regina, de la cual fue
nativa su madre Zara Sgro Gallardo Namuncura, y uno de sus fundadores el abuelo
Antonio Sgro. De Don Antonio Sgro hay publicaciones en ¡BIEN DE REGINA! http://blogbienderegina.blogspot.com/
En Villa Regina realizó la escuela primaria y secundaria, epocas en que se inició en las artes en general, con mas inclinacion la musica. Uno de mis mentores de aquel momento fue el maestro Antonio Tonini.